Borrar
las firmas de hoy

Discúlpame, vecino musulmán

"Resulta preocupante que no nos conozcamos en absoluto. Que viviendo en la misma población, compartiendo el mismo espacio, estando juntos, estemos tan separados..."

JOSÉ MARÍA GÓMEZ DE LA TORRE

Sábado, 15 de julio 2017, 19:50

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Te pido disculpas, vecino musulmán. Te pido disculpas por desconfiar de ti. Por sentir una desconfianza que ha ido creciendo y se ha acentuado mucho en los últimos tiempos.

Me digo y me repito que tú, vecino mío, que llevas años viviendo aquí, no eres responsable de mis miedos.

Cierto que no te has integrado en nuestra sociedad, y no sé si la culpa es tuya, nuestra o debemos compartirla.

Tengo la impresión de que tú no has hecho ningún esfuerzo por integrarte. Que vives en mi mundo, el mundo al que has elegido venir para ganarte la vida, encerrado en espacio aislado, prolongación del mundo que dejaste allende los mares, dentro del cual mantienes la ficción de vivir en una isla de tu mundo dentro del mío.

Puedo estar equivocado y que sea nuestra sociedad la que no te lo pone fácil. O puede que sea un poco de las dos cosas.

Vivimos en el mismo lugar, ocupamos el mismo espacio y no tenemos casi ningún tipo de relación. Estamos cada uno en una burbuja independiente que hace que seamos totalmente desconocidos.

Para ser políticamente correcto y no parecer racista ni xenófobo digo que valoro tu cultura, tus costumbres, tu idiosincrasia, pero la verdad es que no las conozco y que además me preocupan de forma negativa, posiblemente sin razón para ello.

Por otra parte tú, que has venido a mi mundo, en el que hay unas leyes, unas costumbres, unas maneras de vivir diferentes de las que rigen en tu lugar de origen, deberías hacer un esfuerzo para adaptarte a los usos del país que te acoge, y no esperar ni exigir que seamos nosotros los que nos adaptemos a los tuyos.

Resulta preocupante que no nos conozcamos en absoluto. Que viviendo en la misma población, compartiendo el mismo espacio, estando juntos, estemos al mismo tiempo tan separados. Juntos pero no revueltos. Tal vez ese desconocimiento sea la causa que origina mis inquietudes.

Religiosidad fanática

Cuando veo que ciudadanos nacionalizados o nacidos en países europeos un mal día se lían a atropellar a anónimos peatones, o a degollar a personas que encuentran en su camino, o se colocan encima una carga de explosivos y al grito de "Alá es grande" se inmolan en medio de una multitud con el ánimo de causar el mayor daño posible, pienso en ti vecino mío, del que ignoro casi todo excepto que compartes con ellos creencias religiosas, me pregunto con inquietud si movido por un impulso de religiosidad fanática te dedicarás un día de estos a limpiar nuestras calles de "no creyentes".

Sé que ha habido muchos grupos terroristas. Unos matando en nombre de confusos ideales. Otros en nombre de una patria. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos en nuestro propio país. Sé que a lo largo de los siglos se ha matado por cuestiones de fe. No están lejos en el tiempo hechos acaecidos en nuestra Guerra Civil.

Pero cuando todo eso parece que se está superando, que se está imponiendo la sensatez, se turban nuestras expectativas por esa llamada de correligionarios tuyos a la guerra santa que prende por doquier y hace que broten llamas de irracionalidad en lugares y personas de manera aleatoria.

Me pregunto si tú, como los jugadores de la selección de fútbol de Arabia Saudí en Australia, tampoco te unirías a la muestra de duelo por las víctimas de los atentados de Londres.

Por eso, vecino mío musulmán, vecino del que ignoro todo, como no sé, desconfío. Por eso, por la desconfianza nacida de mi ignorancia, te pido disculpas.

Pero aunque quiera racionalizar todo, al pensar en tus creencias, sin que lo pueda evitar se depositan en mi ánimo unos posos de inquietud.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios