

ANTONIO J. ARMERO
Miércoles, 27 de noviembre 2019, 18:52
El desmantelamiento de la central nuclear de Almaraz empezará en el año 2031 y terminará una década después, o sea, en 2041, siempre que se cumplan los planes que figuran en el borrador del VII Plan de Gestión de Residuos Radiactivos, que aún no se ha presentado. Lo avanzó este martes Manuel Ondaro, el ingeniero de Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A.) que dirige estos mismos trabajos en la planta José Cabrera (en Almonacid de Zorita, Guadalajara) y que este martes participó en un acto organizado por la plataforma Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura, en la que se integran colegios profesionales, el Club Sénior, la Real Sociedad Económica de Amigos del País y la Asociación de Fundaciones Privadas de Extremadura.
En rigor, el desmantelamiento en sí no durará trece años sino diez, porque antes de su inicio hacen falta unos 36 meses para realizar actividades preparatorias y gestionar el combustible gastado. La hoja de ruta prevista fija que uno de los reactores dejará de funcionar en el año 2027 y el otro en 2028, según acordó Enresa con las eléctricas que gestionan la planta (Iberdrola, Endesa y Naturgy). A partir de 2028 comenzará la mencionada fase de trabajos previos y gestión de combustible gastado, que concluirá en torno a 2031. En ese momento empezará el desmantelamiento en sí, que está previsto que dure una década.
Ondaro prefirió este martes no adelantar un número aproximado de trabajadores que serán necesarios para el desmantelamiento, que desde distintos sectores se contempla como una oportunidad laboral para la comarca del Campo Arañuelo. Sin embargo, el ingeniero de Enresa (entidad que preside el exconsejero de la Junta de Extremadura José Luis Navarro) sí adelantó (ver la entrevista que acompaña a esta información) que se necesitará el doble de personal que en Zorita. Y allí, según detalló HOY el pasado febrero en un extenso reportaje tras visitar la central José Cabrera, el número de trabajadores fue variando según avanzaban los trabajos. El desmantelamiento en sí arrancó en el año 2010 –en principio, acabará en 2021–, y en ese ejercicio se hicieron 299 contrataciones. En 2011 fueron 297, y 261 en 2012. En los ejercicios siguientes se hicieron 259, 253, 234, 249, 211 y por último, 194 el año pasado. Estos operarios pertenecían a 25 empresas de sectores como los montajes eléctricos, pequeña construcción, limpieza, administración o seguridad.
El desmantelamiento de Almaraz será diferente al que aún se desarrolla en Zorita porque la planta extremeña tiene 13 veces más potencia (160 megavatios frente a 2.080) y dos reactores en vez de uno. Sin embargo, el guión de la José Cabrera y el de la instalación cacereña tendrán capítulos comunes. Porque hay una serie de actividades que son troncales a cualquier operación de este tipo. Entre ellas, la gestión del combustible radiactivo, la descontaminación del circuito primario, los trabajos preparatorios, la caracterización del emplazamiento, el desmontaje de los grandes componentes, la descontaminación y desclasificación de materiales y edificios o la caracterización final previa a la demolición de edificios.
Para Cecilio Venegas, de Punto de Encuentro de la Sociedad Civil de Extremadura, la cita de este martes sirvió para aportar más información sobre los pasos a dar en el futuro próximo en la planta de Almaraz.
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