

Eloy García
Jueves, 19 de septiembre 2024, 12:39
-Comenta que proviene de familia de tradición agrícola…
-Sí, soy la tercera generación que se dedica a esto. Si algún día tengo familia, me gustaría que alguno de mis hijos siguiese los pasos de su padre. Recuerdo estar sacando secaderos de tabaco y repelando desde bien pequeño y ver como repelaban mis padres desde el surco, cuando apenas me tenía en pie.
-Al igual que usted ha seguido el de los suyos…
-Claro. Recuerdo que mis padres nunca quisieron que me dedicase a esto. Ya desde bien pequeño he estado ayudando en la finca y siempre me decían que la del campo era una vida muy dura. Me inculcaban que estudiase y que me buscase otro trabajo. En principio así lo hice. Estudié ciclos formativos de grado medio y superior de chapa y pintura en Talavera de la Reina. Los acabé, sí, pero apenas trabajé en ello. No cuajó, a mi me gustaba más el campo.
-¿Por qué?
-Simplemente porque me gusta. Tuve la oportunidad de elegir y elegí el campo porque me llamaba más la atención. Me gusta estar donde estoy y no me arrepiento de mi elección.
-Ahora, con 35 años, ha iniciado su propia explotación. ¿Está siendo difícil estos comienzos?
-Este año empiezo con la mía propia, sí, pero nunca he dejado de trabajar en la de mis padres. No es fácil porque precisas de mucha inversión, que tienes que hacerla desde el principio sin saber cuánto producto vas a recoger. Eso es un gran riesgo. Pero por suerte cuento con unos padres que me ayudan. Por eso, por los valores que me han enseñado y la educación que me han dado, estoy muy orgulloso de ellos. Y, aunque siempre me decían que trabajase en otra cosa, espero que ellos también lo estén de mí, por haber seguido sus pasos en la agricultura.
-¿En qué consiste su explotación?
-He comprado nueve hectáreas y media en la finca El Robledo, donde planto tabaco Virginia (popularmente conocido como rubio), con una producción estimada de unos 35.000 kilos anuales.
-No obstante, ha comenzado en una época que no parece la mejor…
-La verdad es que llevamos unos años malos, parece que hemos vuelto para atrás. Por ejemplo, con la prohibición de usar nematicidas, ahora puedes sacar unos 3.000 kilos por hectárea, mientras que antes obtenías 4.000. Si a esto añades que cada vez cuesta más la mano de obra, el combustible, etcétera, pues resulta que cada vez te queda menos margen para seguir invirtiendo.
-Sin embargo, se muestra muy feliz, contento con esta nueva andadura...
-Claro, porque como decía estoy donde quiero estar. No me manda nadie, soy mi propio jefe y me organizo mi trabajo, mi jornada laboral, etcétera. Trabajo al aire libre, en un entorno muy bonito, sin el estrés de la ciudad,… En definitiva, es una vida más tranquila, más tradicional y que haces más en familia. Muchas veces no valoramos lo que tenemos.
-Todo ello, a pesar de las amenazas que se ciernen sobre el cultivo del tabaco…
-Bueno, alguien debe seguir con la agricultura. En el fondo, confío en el sector, en que va a seguir habiendo tabaco. De hecho, espero jubilarme en la agricultura, si no produciendo tabaco, pues otro cultivo.
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