

Eloy García
Miércoles, 28 de febrero 2024, 19:23
Carlos Martín Cañadas, cultivador natural de Jarandilla de la Vera, ostenta desde diciembre la presidencia de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Asociaciones Agrupadas TAB.
-A sus 59 años asegura llevar toda la vida ligado al cultivo de tabaco…
-Sí, soy la tercera generación de tabaqueros de mi familia. Mis abuelos ya cultivaban tabaco Burley, fueron de los primeros en hacerlo en la Vega del Cincho, en término municipal de Jarandilla de la Vera.
-¿Cómo ha cambiado el sector en estos años?
-Muchísimo, en la mayoría de los aspectos. A mi me tocó hacer la reconversión de producir Burley al Virginia, y luego también está el tema de la mano de obra, la mecanización de los procesos, etcétera.
-Ha vuelto a la presidencia de Asociaciones Agrupadas TAB, que ya ostentó años atrás. ¿Cuáles son ahora sus reivindicaciones?
-Las de cualquier cultivador preocupado por seguir adelante. El principal problema al que nos enfrentamos ahora es a la reducción de nuestros medios de producción. La administración no ha prohibido utilizar la mayoría de productos fitosanitarios que hasta ahora veníamos usando, lo que ya se traduce en un descenso del 50% de la producción. Un buen ejemplo es el del nematicida, por el dicloropropeno.
-¿Qué es?
-Un desinfectante para el suelo. Sin este producto no podemos tratar el suelo en condiciones, por lo que la población de nemátodos va a seguir creciendo. Teniendo en cuenta que ya este año hemos detectado un 50% menos de producción, su prohibición acabará con el cultivo de tabaco. Es cierto que en las pérdidas también ha influido la mala climatología de la pasada campaña, con muchas lluvias, pero es que si las tierras hubieran estado tratadas convenientemente, la raíz de la planta habría tenido mayor poder radicular y se habría defendido mejor.
-¿No hay alternativas?
-Nos proponen otro nematicida que no lleva ese principio activo y que funciona bien para el tomate, pero no para el tabaco, como ya hemos constatado. Estamos de acuerdo en que hay que contaminar manos, pero es que la alternativa que nos dan no es válida. Queremos una que sea real, válida para mantener la producción.
Este es solo el caso de un producto, porque luego hay más, como los deshijantes para curar los toños, herbicidas,… Y ahora suma los problemas para encontrar mano de obra, las inversiones, etcétera. Vamos, que esto puede ser la puntilla para el sector.
-De sus reivindicaciones ante la administración y la búsqueda de apoyos con protestas…
-Claro, lo que queremos es seguir produciendo, manteniendo la vida en los pueblos. Aquí he de decir que es importante contar con una empresa pública que nos compre el tabaco, como es Cetarsa.
-¿Por qué?
-Por el tejido social que tenemos con sus trabajadores y por la seguridad de cobro que tiene el agricultor. Ya hemos tenido varios casos de impagos por parte de otras compañías, algo que con una empresa pública no puede pasar.
También por el esfuerzo que Cetarsa hace en materia de investigación y desarrollo, un esfuerzo del que los agricultores nos beneficiamos directamente. Por ejemplo, con el desarrollo de variedades híbridas, resistentes a enfermedades, que ya estamos utilizando.
Por otro lado, he de agradecer el esfuerzo que han hecho este año, aunque no haya sido suficiente por como está el sector. A principios de campaña negociamos un precio de compra de 3,5 euros/kilo, mientras que finalmente pagaron 4,18. Esperemos que este año sigan en la misma línea.
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