

sergio lorenzo
Jueves, 17 de enero 2019, 14:20
«Tengo 73 años. Llevo desde los ocho trabajando. Desde hace más de 40 años me dedico al tabaco y nunca me han acusado de nada hasta ahora, que me han cogido de chivo expiatorio para frenar la venta ilegal de tabaco, cuando todo lo que he hecho yo y mi familia es legal», afirmaba ayer por la tarde Emiliano Pulido, un conocido empresario de la zona de Tiétar que en noviembre de 2017 fue señalado como el jefe de un clan familiar, descubierto en la operación 'Pacote', que se dedicaba a vender toneladas de tabaco ilegal.
La operación 'Pacote' , que dirigió la Guardia Civil de Badajoz, se desarrolló en dos fases. Fue en la primera fase, el 30 de octubre de 2017, cuando se decomisaron 250 toneladas de tabaco en rama en las instalaciones de la Sociedad Mercantil Tabaltietar Sat, de Tiétar. Hubo seis detenidos y en rueda de prensa la delegada del Gobierno de Extremadura, Cristina Herrera, manifestó que se había realizado la mayor operación policial contra el contrabando de tabaco en toda Europa, deteniendo a una banda criminal.
De los seis detenidos, cuatro son familia: Emiliano Pulido, su esposa y sus dos hijos. En rueda de prensa se dijo que habían hecho más de 6.000 envíos con Seur de tabaco ilegal.
Se aseguró que esas 250 toneladas de hoja de tabaco estaban listas para ser enviadas a fábricas clandestinas de cigarrillos y a vendedores de tabaco ilegal.
La segunda fase de la operación 'Pacote' se desarrolló en marzo del 2018 y se detuvo a 124 personas, en 22 provincias españolas. 17 fueron detenidos en la provincia de Badajoz y 4 en la de Cáceres. A ellos iban dirigidos los paquetes, que Pulido señala que era de tabaco no apto para consumo y que lo enviaban una vez que el ministerio le dio permiso para hacerlo.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Llerena es quien lleva la investigación, al iniciarse allí porque en un control de la Guardia Civil pararon a dos furgonetas cargadas con tabaco, que según la propia Guardia Civil era para venta ilegal.
Pulido indicaba ayer que el tabaco de las furgonetas era suyo y estaba destinado no para consumo humano sino para cama de ganado, usándolo como insecticida, mostrando las facturas que lo indican.
El pasado 20 de diciembre el Juzgado de Llerena ordenó devolver algo más de 200 toneladas de tabaco a los que consideran sus propietarios: a doce agricultores les entregan 779 cajas de tabaco (cada caja pesa 140 kilos) y a dos empresas portuguesas 60.000 kilos de labores de tabaco a cada una. El despacho de abogados Antonio Luis Díez es quien representa a las empresas portuguesas y a los 12 agricultores, que señalan que se tendrá que ver si el tabaco que les devuelven no está en mal estado después de tanto tiempo.
Que se analice el tabaco
El que no devuelve el Juzgado es el de Emiliano Pulido. Él y su familia están representados por el abogado Vicente Vega Martín. Este letrado pidió hace mas de un año que se devolviera el tabaco a sus dueños, y que se hiciera un análisis al mismo para demostrar que es tabaco en rama, sin tratar, y no es apto para el consumo. El pasado 19 de diciembre el Juzgado de Llerena ha dado autorización para que se realice ese análisis.
Emiliano Pulido asegura que todo lo que ha hecho él y su familia es legal, y que las cerca de 50 toneladas que no les devuelven, iban a ser vendidas a grandes transformadoras como Cetarsa. A él y a su familia le han bloqueado las cuentas, pero le han permitido seguir trabajando con el tabaco.
«Hasta que se aclare todo y nos devuelvan el tabaco y nos dejen usar las cuentas, hemos seguido gracias a la ayuda de los amigos y proveedores y a que hemos vendido una casa y un campo», dice.
Aún no sabe si la investigación seguirá en Llerena o en la Audiencia Nacional.
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