La familia de un deportista moralo dona a Navalmoral la antorcha de México 68

Carlos Martín Rebate Castellano conservaba como oro en paño la antorcha con la que recorrió unos metros del centro urbano de Navalmoral en 1968 portando la llama de las Olimpiadas de México, cuya llegada a la población dio lugar a la construcción de un pebetero en el centro del Jardincillo.

Quienes vivieron aquel momento recuerdan que fueron muchos los moralos que se echaron a la calle para ser testigos de la llegada de la antorcha, todo un acontecimiento en una España en blanco y negro necesitada de alegrías.

Carlos, muy conocido entre sus vecinos moralos, falleció a finales de noviembre con 64 años vencido por una larga enfermedad, a la que siempre plantó cara. Su familia decidió entonces donar la antorcha al municipio. De ahí su presencia en el hall de la casa consistorial.

Agradecimiento municipal

Lo ha explicado también el Ayuntamiento de Navalmoral en una nota de prensa, en la que dice que la familia de Carlos Martín Rebate ha donado la tea "con la que recorrió parte de la Ruta del Descubrimiento que llevaba hasta el pebetero levantado en Ciudad de México para mantener encendida la llama durante el transcurso de la Olimpiada".

Carlos, con apenas 17 años, ya se había convertido en referencia del deporte moralo, por lo que fue designado relevista de la antorcha por Isidoro Flores.

"Él, orgulloso de ser moralo y de poner el nombre de Navalmoral en el mapa del mundo, con la humildad que le caracterizaba y la generosidad que atesoraba, quiso que el hachón formara parte de quien realmente es, del pueblo. Su familia, emocionada, hizo entrega de una tea que permitirá mantener siempre viva su llama. Simplemente gracias, don Carlos", se dice.