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Una cosechadora recoge tabaco en una parcela de Jaraíz de la Vera. Este año la campaña se alargará hasta mitad del mes de noviembre.
El tabaco mantiene el pulso en una campaña de recortes

El tabaco mantiene el pulso en una campaña de recortes

Celestino J. Vinagre

Lunes, 3 de octubre 2016, 07:54

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Anselmo Suárez, de 51 años, agricultor de tabaco de Losar de la Vera de tercera generación, le inquieta la predicción de un futuro cada vez más negro para este cultivo, aunque prefiere centrarse en el presente. «Es un cultivo legal. Regulado. Lo único que me preocupa es seguir trabajando, mejorar el rendimiento, modernizando la producción y ya está. Lo que venga no lo sé. Solo sé que este año tenemos menos ayudas con la nueva PAC pero que la campaña va bien, retrasada pero bien en kilos y calidad. En eso pienso», comenta el losareño durante un pequeño impás de su maratoniana jornada laboral.

Junto a Suárez, otros 1.700 tabaqueros extremeños (aproximadamente 300 menos que el año pasado) están en plena campaña de recolección y secado de tabaco.

Este año, como pasa con otras producciones agrarias, llega con retraso. Habrá tabaco hasta mitad noviembre aventura Suárez con lo que la climatología resultará aún más decisiva. «Ahora estará cogida poco más del 30% de las hojas», concluye este tabaquero que tiene 25 hectáreas de tabaco y confía en sacar unos 3.600 kilos de cada una de ellas, algo menos que en el ejercicio anterior.

«Hay normalidad. La producción será algo inferior porque hay menos hectáreas por la rotación de cultivos y menos tabaco negro, como ocurre los últimos años», apostilla Anastasio Fernández, presidente de la Sectorial de Tabaco de Cooperativas Agro-alimentarias.

En los últimos años se ha producido una estabilización de la contratación en España en una horquilla de entre 33 y 34,5 millones de kilos, excepto en 2009 y 2010, cuando se dispararon debido en buena medida al efecto de las modificaciones de la PAC, reflexionan desde Cooperativas. No obstante, el año pasado se compraron 30,7 millones en Extremadura (algo más de medio millón más para el resto de España) y para éste no se esperan más de 29,5 millones en nuestra región (serán unos 30,4 millones en el conjunto español).

Cooperativizado

La estabilización de las cosechas hay también que achacarla al efecto positivo del «altísimo nivel de concentración de la producción que existe en este sector en torno a agrupaciones de productores cooperativas y SAT», según Cooperativas. En las últimas campañas apenas el 3% de la producción de tabaco se contrató al margen de esas entidades, algo menos de un millón de kilos.

La superficie de cultivo de tabaco contratada en Extremadura para 2016 ha sido de 8.750 hectáreas, lo que representa el 97% del total de la producción española. Nuestra región es la principal productora de tabaco del país, tanto en superficie como en producción contratada. España es el tercer productor de hoja de tabaco de la Unión Europea, detrás de Polonia e Italia.

La comunidad autónoma extremeña produce tabaco de tres variedades: Virginia (tabaco rubio, el mayoritario), Burley (negro) y Havana (derivado del negro que mezcla bien con el rubio).

«El tabaco es un cultivo industrial, muy mecanizado y con elevados costes porque se busca la eficiencia. Por cada hectárea se necesita como poco entre 6.000 y 7.000 euros», confirma Anselmo Suárez, quien forma parte de una cooperativa de segundo grado, Cotabaco de Talayuela, con unos 220 socios.

«El sector del tabaco es muy dinámico. Estamos en producciones integradas y el 70% de lo que se seca se hace en instalaciones movidas por energías renovables aunque las dificultades cada vez son mayores», finaliza el agricultor de Losar de la Vera.

La producción integrada, que optimiza el uso del agua y fertilizantes, permite la obtención de un tabaco de más calidad y medioambientalmente sostenible. «Ningún otro cultivo como el nuestro cumple con esas exigencias para conseguir eso», recalca Teófilo Moreno, responsable del sector tabaquero en UPA-UCE y presidente del Grupo de Trabajo del Tabaco en el COPA-Cogeca, que representa la voz de los agricultores y sus cooperativas en la UE.

Recorte de ayudas

La nueva PAC supone un recorte importante en las ayudas a los tabaqueros. Al desaparecer la acoplada, estos pierden más del 20% del valor del anterior pago único y la ayuda agroambiental se ha reducido en un 25%, pasando de 850 euros/hectárea a 600. «Se pierde renta. Dos millones de euros, que es dinero, de una campaña a otra», incide Moreno.

Además, se han perdido algo más de dos millones de kilos, caso todos de tabaco negro (Burley) De ellos, 1,8 millones son de la variedad Burley que no se va a cultivar por decisión de Cetarsa. Hace dos años, la empresa pública contrató casi 3 millones de kilos de esa modalidad. Ahora, 1,8. Eso conlleva que de los 800 cultivadores de tabaco negro que había se queden en 500.

Los cultivadores de tabaco pueden ver congelados los precios que les pagará la industria y, por tanto, deben arrimar dinero de la ayuda agroambiental para cubrir costes. Esa es la preocupación más cercana, junto a posibles normativas que introduzcan aún más obstáculos para la producción de este cultivo concentrado en el noreste extremeño.

Según UPA-UCE, la industria opta por una leve subida de un 1%, con lo que se pagará entre 2,22 y 2,25 euros/kilo por tabaco virginia frente a los 2,70 euros que se paga por lo mismo en Italia y los 3 euros en Francia. «Los cultivadores extremeños van a perder 6,5 millones de euros, cantidad que van a tener que quitar de la ayuda agroambiental que reciben para lograr cubrir costes porque producir un kilo de virginia supone 2,50 euros», indica Moreno.

La industria sostiene debería pagar un 10% más a los productores. «¡Qué menos que alcanzar los 2,40 o 2,45 euros/kilo para homologarnos al resto de Europa y para ver reflejado en el precio la calidad de un tabaco al que no llegan ni italianos ni franceses!», subraya el presidente del Grupo de Trabajo del Tabaco en el COPA-Cogeca.

Del mismo modo, desde el sector productor se señala a Cetarsa por no cumplir su compromiso de comprar más tabaco. «El año pasado redujo su compra en un 7% y en este un 3% respecto a la anterior, por lo que desde 2014 hasta ahora, la empresa ha dejado de comprar 4 millones de kilos, un 10% menos», dicen en UPA.

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