

Luis Miguel Martín
Miércoles, 19 de abril 2017, 16:57
Cada año aumenta el número de aficionados que salen a recolectar en los campos de Extremadura los gurumelos (Amanita ponderosa). Todos aquellos que salgan a cogerlas para comerlas, deben ser muy metódicos para evitar la intoxicación con ejemplares de una especie del mismo género que se asemeja bastante al gurumelo, la oronja blanca (Amanitaverna). Por ello los micólogos recomiendan no arriesgarse a recolectar gurumelos si no se conocen bien y asegurarse mostrando las setas recogidas a un especialista.
Tino Bravo y Ricardo Cano, vecinos de Talayuela, llevan años recolectando setas en nuestras dehesas y pinares como tantos otros vecinos de la localidad. Ellos, nos cuentan que la Amanita ponderosa es una seta única, normalmente de primavera, que fructifica durante toda la estación pero sobre todo cuando toca una primavera lluviosa y este año no es el caso.
Suele nacer muy enterrada y se desarrolla completamente en el interior de la tierra. Prefiere los bosques de robles y encinas con los que forma micorrizas. Al buscarlas debemos tener en cuenta que es una seta especialmente difícil y esquiva. Antes de salir a la superficie se puede adivinar su presencia por un pequeño levantamiento de la tierra y grietas sobre ella.
En guisos, revuelto, asado, aliñado y de mil formas más, el gurumelo ofrece sabores exquisitos.
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