Todos somos iguales, somos personas

Aún en pleno siglo XXI, este grupo social al que muchos pertenecemos, no nos sentimos integrados en la sociedad como nosotros quisiéramos. Para esto cada día diferentes asociaciones y organizaciones seguimos luchando por una igualdad que debería de estar ya normalizada, todos somos personas y por ello llevamos luchando muchos años, y seguiremos luchando para que esto se pueda cumplir.

La homofobia que sufrimos en nuestras calles cada día y a cada instante queremos que desaparezca de una vez, muchos padres, madres, demás familiares y amigos tenemos que estar unidos ya que si cuando nacemos se nos quiere, ¿Por qué al tener un gusto sobre otra persona de nuestro mismo sexo se nos mira de otra manera? El ser gay, lesbiana, bisexual o transexual no cambia nada, seguimos siendo los mismos y así seguiremos por siempre. ¿Acaso en esta vida siempre tenemos que estar satisfaciendo a las personas por lo que ellos quieren?, ¡PUES NÓ! somos así y por ello no somos diferentes solo cambia el gusto ante un sexo.

Estamos hartos ya de salir a la calle con nuestras parejas y no poder ir agarrados de la mano sin que nadie nos eche una mirada expresando en muchas ocasiones una expresión de desagrado o tener que escuchar incluso comentarios homófobos que en mi caso casi llegan a una agresión, sí mucha gente no lo sabe pero he sufrido de diversas amenazas y vejaciones por ser del colectivo LGBTI. Pero sé que mi caso no es el peor, es peor aquellas personas que por desgracia si han sufrido agresiones. Desde Talayuela al mundo entero sigan saliendo a la calle y luchando por nuestros derechos que realmente son los mismos de cualquier persona aunque no se quiera reconocer en muchos casos. Nos gustaría poder disfrutar de la compañía de nuestras parejas en cualquier parte y sin que nadie nos increpe o como decía antes nos agredan por simplemente expresar nuestro sentimiento, el amor no entiende ni de sexo ni de leyes.

Para acabar y no es porque no tenga para seguir escribiendo. Creo que la opinión publica de una persona que ha sufrido la experiencia como ha sido mi caso, puede a día de hoy ayudar a muchas personas a que se quiten de una vez por toda esa venda de los ojos y reconozcan que porque a una persona le guste otra de su mismo sexo, no son diferentes. Siempre han sido y serán las mismas, lo único que cambia es que desde ese momento gracias a su valentía serán mucho más felices.

Por supuesto doy las gracias de todo corazón a aquellas personas por compartir conmigo cada día y siguen estando sin darme la espalda, mis padres, mis hermanos, mi familia y mis amigos. Gracias a ellos hoy sigo aquí luchando por que nos dejen de una puñetera vez ser libres como personas que somos y no como enfermos que nos quieren hacer pensar que somos.

¡Viva el orgullo LGBTI y las demás personas que nos apoyan cada día!. y a las que no simplemente ¡gracias por hacernos más fuertes!