Imagen de la mezquita de Talayuela durante el rezo del viernes al mediodía. ARMANDO MÉNDEZ

Talayuela, una distante convivencia de culturas

Diversidad. La expulsión a Marruecos del líder islamista Yahya Benaouda ha vuelto a poner el foco en una de las localidades españolas con más proporción de vecinos alauitas, un pueblo en paz pero con retos en el día a día

CRISTINA NÚÑEZ

Lunes, 31 de octubre 2022, 10:42

Dos de la tarde del viernes y del colegio público Gonzalo Encabo salen en tromba decenas de niños disfrazados. Hay monstruos, brujas, calabazas, zombies y momias, entre otros seres infernales. Es Halloween, último día antes de un puentazo y el alumnado en pleno, más allá de su procedencia o religión, participa en esta fiesta, que ya es global. Antes han comido castañas y han bailado los últimos 'hits' musicales, Quevedo incluido.

La mayor parte de los niños de este centro, uno de los dos públicos de la localidad, tienen procedencia marroquí. Son 224 de un total de 402, un 56%, según los datos que aporta Alfonso Corrales, su director, un verdadero experto en multiculturalidad. «Esto ya no es como en los 90, llevamos años haciendo un montón de proyectos para que no haya diferencias en función de donde se proceda», señala este docente, que menciona como grandes éxitos que en el centro pueda celebrarse de forma masiva la Navidad, con belenes vivientes incluidos, o la fiesta del cordero, una conmemoración islámica. Pese a los logros, y a la facilidad que tiene trabajar con niños, «que no tienen los prejuicios que tenemos los mayores», dice, no oculta las dificultades. «Hay niños que a pesar de haber nacido aquí no hablan español». Cuando empiezan con tres años la mayoría llega con ese déficit, pero un programa idiomático logra reducir esa brecha. Actualmente son aproximadamente un centenar, la mitad de los alumnos marroquíes, los que necesitan este apoyo.

«Hay dos realidades, la de aquí y la de fuera», sentencia Corrales, que, sin entrar a juzgar la conveniencia o no de la medida que se ha tomado contra Benaouda, ensalza su papel de mediador social, vital también para la vida escolar. Esa realidad «diferente» de puertas para afuera se aprecia en la salida de ese colegio en donde se arremolinan, por separado, los grupos de madres marroquíes y las españolas.

María José Gómez y Arantxa Serradilla son madres de este centro. «Los niños no tienen problemas, ellos se adaptan bien», señalan, algo que consideran que no pasa en el resto del pueblo, más allá del ámbito educativo. «Se vive con un poco de separación, marroquíes por un lado y españoles por otro». Más información en HOY.es

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